domingo, 22 de noviembre de 2009
sábado, 11 de julio de 2009
Bienal de arte en La Habana Vieja
Tras estos días de feria del libro en Alicante, retomo mi paseo y vuelvo a Cuba.
Desde el malecón, me dirijo hacia La Habana Vieja, centro histórico de la ciudad, cargado de grandes monumentos coloniales y fortalezas de defensa, doy un saludo a la giraldilla(símbolo de la ciudad de La Habana) que nos mira desde las alturas del Castillo de la Real Fuerza, primera fortaleza construida en Cuba (1558), y comienzo a callejear , entre cientos de turistas al ser ésta la zona más visitada y típica de La Habana, en sus calles se encuentran lugares míticos como el Floridita y la Bodeguita de enmedio y personajes de lo más pintoresco, como el hombre más "taladrado" del mundo
En esta ocasión me sorprende la celebración de la X Bienal de La Habana, que ha asaltado las calles con multitud de propuestas artísticas, como los super bricks de zumos, muy cómodos para darse un descanso
o la obra que más éxito ha tenido en crítica, la manada de elefantes que ha ido recorriendo diferentes enclaves habaneros en una metáfora de las migraciones que realizan los elefantes y el propio ser humano
y ahora por la senda de los elefantes, vuelvo de nuevo a Alicante, pero volveré
sábado, 13 de junio de 2009
El primer paso, ¡vamos al malecón !
Ya se está convirtiendo en un ritual que mi primer paseo por La Habana tenga como centro de referencia el malecón, es una atracción que no puedo, ni quiero, evitar, ese primer paseo por el borde del mar, la vista del morro, el faro que adorna la entrada a la bahía de La Habana la que sería primera vista de todos los que en los tiempos de colonizaciones y emigración llegaban por la obligada vía marítima. El bullicio que a casi todas horas envuelve esta muralla o balcón; bañistas, pescadores, paseantes, amantes, turistas, todo se arremolina en esta larga linea. Mientras por detrás, los variopintos medios de transporte cubanos compiten en rumor con el mar.
Es un tópico, pero es cierto.En esta ocasión el viento soplaba fuerte, los vientos de Cuaresma que dicen los cubanos y que no se han separado de mi en los primeros días, ofreciéndome una temperatura muy agradable al suavizar el sol tropical que descarga ya en Abril con fuerza, lo que provocó un enrrojecimiénto rápido de mi piel, blanquecina del invierno peninsular, y especialmente de mis sufridas entradas, recientemente puestas al descubierto para evitar los sudores excesivos, recomendable la gorrita para evitarlo, pero no las aguanto mucho tiempo, se me cuece la sesera.
Me dejo contagiar de la sosegada actitud de los cubanos y me siento en el malecón a mirar el mar y dejar que el tiempo circule un rato a su manera, no hay prisa.